Históricamente, tenemos testimonios escritos o gráficos de la práxis del masaje en la Corte de los Emperadores Chinos, en el Antiguo Egipto, en Irán, en Asia, en la antigua Grecia o en el Imperio Romano.
Sus beneficios han llegado hasta nuestros días evolucionando desde las técnicas más simples hasta el desarrollo específico de algunas mucho más complejas para aliviar dolencias concretas del cuerpo y/o el organismo.
Lo que diferencia e identifica el
quiromasaje es que se trata de un masaje manual, siendo únicamente la mano humana la capacitada para percibir con exactitud el grado de presión a ejercer y la sensibilidad con el tejido a
tratar.
- Libera la tensión superficial de la piel.
- Inhibe las tensiones y favorece la contractilidad muscular.
- Ayuda a estimular, alimentar y reforzar los músculos.
- Aumenta la velocidad y fuerza del aporte sanguíneo, forzando el arrastre de células muertas y productos de desecho.
- Estimula el sistema nervioso.
- El estrés y las tensiones se aplacan.
- Disminuye el cansancio físico y mental.